Va un tío a una peluquería, y pregunta:
- ¿Hay mucha gente esperando para cortarse el pelo?
- Seis.
- Muchas gracias.
Y se va.
Al día siguiente, otra vez:
- ¿Hay mucha gente esperando?
- Tres.
- Gracias.
Y se va.
Al día siguiente:
- ¿Hay mucha gente esperando?
- No, este señor que estoy atendiendo, y después va usted. 5 minutos.
- Gracias.
Y se va.
A esta altura el peluquero está enojadísimo.
Al día siguiente, otra vez:
- ¿Hay mucha gente esperando?
- Siete.
- Gracias.
Y se va.
El peluquero, súper enojado, le dice al aprendiz que lo siga a ver a donde va.
Al rato vuelve el aprendiz.
- Bueno, ¿Qué hizo?
- Pues nada, compró un ramo de flores, y se fue a su casa.
- ¡Este tío es idiota!. Venir aquí a preguntar, para luego comprarse flores e irse a su casa. ¡Qué tontería!
- No, no, a su casa no..., a SU casa, (señalando al peluquero).